lunes, 10 de febrero de 2014

Consultorios en farmacias pisan talones a sector salud

Ciudad de México.- En la última década, nuestro país ha visto nacer y crecer un esquema de consultorios ubicados a un lado de farmacias, que se ha convertido en un sistema de salud privado alterno que ofrece 9.7 millones de consultas mensuales y que atiende a 8% de la población.
Se trata de un esquema cuyo éxito se basa en consultas rápidas y de bajo costo. Sin emargo, expertos aseguran que si no existe un control decuado de estos nuevos negocios, existe el riesgo que que se den malas atenciones que, paradójicamente, implican tratamientos más largos y de mayor costo, tanto para los pacientes como para instituciones del sector salud.
Con consultas médicas que van de 15 a 30 pesos o incluso gratuitas, dichos consultorios se han convertido en una opción para los pacientes que buscan evitar los problemas de saturación de las clínicas del sector salud público, como largos tiempos de espera, falta de medicamentos y malos tratos.
Para tener una dimensión de la penetración de estos negocios entre la población, tan sólo el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) registra un promedio diario de 500 mil consultas; el ISSSTE 50 mil 500, mientras que los consultorios con farmacias ofrecen unas 325 mil diarias.
Mikel Arriola, responsable de la Cofepris, advirtió a todos los involucrados en este mercado “que tanto las farmacias como los consultorios adyacentes tienen que cumplir con toda la normatividad prevista en la ley, desde las normas oficiales mexicanas, hasta la farmacopea, y que la Cofepris implementará una política de cero tolerancia cuando se violen las normatividades en materia de prestación de servicios de salud”.
Gustavo Leal Fernández, investigador en Políticas de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, consideró que entre los riesgos que hay en este tipo de consultorios con farmacia es que hay una pobre prescripción médica y un gasto de bolsillo extra para el paciente.
Lo lamentable, dijo, es que ese usuario no resolverá el problema de salud que lo motivó a ir a consulta y terminará, en última instancia, agudizándose su problema y recurriendo necesariamente al lugar donde sí le van a brindar la atención correcta y resolutiva, aunque con tiempos largos de espera.
Desde su análisis, el investigador consideró que este “boom” de consultorios anexos a farmacias se da por la enorme demanda de pacientes que tienen el IMSS, el ISSSTE y hospitales de la Secretaría de Salud (Ssa) federal y estatales.
“Eso que ha crecido al lado de los consultorios anexos a farmacias es directamente el espacio formal de la atención médica del IMSS, ISSSTE y Seguro Popular, que han sido incapaces de atender debidamente [a usuarios]”, dijo.
Leal comentó que la población mexicana está pagando un alto costo por el simple hecho de que en las últimas dos administraciones y en la actual no se han centrado en mejorar la calidad de los servicios, lo que ha beneficiado a esta medicina privada informal que tiene muy baja capacidad resolutiva.
“Al final, este tipo de establecimientos nos cuesta muchísimo a todos, porque se termina pagando dos veces. Una buena parte de las personas que recurren a esos consultorios adjuntos a farmacias, muy probablemente tienen afiliación al Seguro Popular u otras instituciones de salud”, dijo.

El Universal

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